viernes, 3 de septiembre de 2010

Respiración: Autoexamen

Durante un momento de tranquilidad, realiza el siguiente autoexamen:
1- ¿Cómo notas la respiración? Es suave o agitada, profunda o superficial, limpia o turbia, ligera o pesada, silenciosa o ruidosa, cómoda o difícil, sana o enferma?

2- ¿Dónde respiras? ¿Cómo entra y sale tu respiración? ¿Respiras por la nariz, boca o ambas? ¿Sientes la respiración circulando por el pecho, abdomen, espalda o alguna otra parte?

3- ¿Qué parte del cuerpo se mueve con la inspiración y con la espiración? Puedes colocar una mano en el pecho y otra en el abdomen, y observa cuándo se mueve cada una.

4-¿Cuántas veces respiras por minuto?


Las 3 clases de respiración:

Existen tres tipos de respiraciones según la zona, que pueden ser: superior o clavicular, media o costal, e inferior o abdominal.
La superior es la que ofrece menos volumen para el intercambio, haciendo intervenir, innecesariamente, a los músculos de la zona superior (se acumula tensión en hombros y cuello).
La respiración media es mejor que la anterior, pero la más recomendada es la abdominal. En ella a menos gasto energético (moviliza menos músculos y apenas las costillas flotantes), existe un mayor intercambio gaseoso. El desplazamiento hacia el abdomen del diafragma es lo que produce la expansión y el estiramiento de los pulmones.
Si no expandes los pulmones a su entera capacidad, no puedes limpiar la mucosidad de los alvéolos, no puedes conseguir suficiente oxígeno y no te liberas de todas las toxinas que conducen a enfermedades e infecciones.


Respiración y Estado Emocional

La calidad de nuestra inhalación y exhalación es sumamente reveladora de nuestra postura frente a la vida. Por ejemplo, podemos observar en qué medida la duración y “facilidad” de nuestra inhalación refleja nuestra disposición y capacidad para abrazar la vida en ese momento, y de qué forma la duración de la exhalación y la forma en que la llevamos a cabo reflejan nuestra disposición y capacidad de liberarnos, y de confiar en algo.

A medida que crezca nuestra capacidad para percibirnos, comenzaremos a recibir muchas impresiones precisas acerca de la relación entre nuestras emociones y la respiración, así como de su impacto sobre nuestra percepción general de nosotros mismos.

Por ejemplo, podremos notar que la ira está directamente relacionada con las inhalaciones superficiales, las exhalaciones fuertes, y la tensión en todo el cuerpo, en especial la nuca, la mandíbula, el pecho y las manos. Comprobaremos también que el miedo está asociado a las respiraciones aceleradas, superficiales e irregulares, y a una sensación de tener un nudo en la parte inferior del abdomen.
La impaciencia se refleja en las respiraciones cortas, desiguales y descoordinadas, con tensión en la parte frontal del pecho, como si el corazón estuviese dando saltos.
La culpa se percibe en la respiración restringida y sofocada, y a una sensación general de opresión.
¿Cómo se respira la alegría? La alegría, muchas veces se expresa en risa, el aire se toma brevemente por boca y la nariz, se exhala entrecortadamente a sacudidas por la boca hasta que no queda más aire y se vuelve a inhalar abruptamente. Es una respiración baja, en donde la pausa casi no existe.
Podemos comparar la operatoria respiratoria de la risa y la del llanto: Podemos observar que son iguales en forma y opuestas en modos de operar. En el llanto o estado angustioso, la inspiración es entrecortada y a sacudidas, en tanto la exhalación es larga y directa, en general acompañada de sonido hasta que no quede más aire y se vuelva a inhalar entrecortadamente. Es una respiración alta. Respecto a la postura de la cabeza podemos notar que cuando reímos ésta se inclina hacia atrás y cuando lloramos hacia delante y abajo.

Los sentimientos como el amor, la compasión, la bondad y la admiración tienen que ver con la respiración profunda y cómoda, y con una sensación abierta, energizada y receptiva en todo el cuerpo.
Evidentemente, cada uno de nosotros descubrirá otras variantes en su propia topología física y emocional.


Respiración Defectuosa: Efectos Sobre la Mente y El Cuerpo.

La mayoría de las personas tienen un ritmo respiratorio promedio de 11 a 15 respiraciones por minuto, esto es mucho más rápido que la frecuencia saludable. Al respirar de esa forma, lo común es que se hace una respiración breve, superficial, con la parte superior de los pulmones. Aunque esto reduce el nivel del dióxido de carbono en la sangre, también a su vez hace que las arterias se contraigan reduciendo así la circulación de la sangre en el cerebro y el resto del cuerpo. En este caso, no importa cuánto oxígeno inhalemos en los pulmones, el cuerpo y el cerebro quedan sin suficiente oxígeno. Y la falta de oxígeno tiene efectos indeseables sobre nuestro sistema nervioso causándonos tensión, ansiedad e irritabilidad. También esta respiración defectuosa reduce nuestra habilidad para pensar claramente y tiende a despertar pensamientos negativos y obsesivos que de otra manera no nos ocurrirían. Esta respiración excesivamente rápida tiende a intensificar nuestros conflictos emocionales y cuando se transforma en un hábito crónico también tiende a intensificar nuestros temores. La manera de respirar saludablemente debe crear un balance entre el nivel de oxígeno y dióxido de carbono que evite los efectos negativos explicados.

El uso de técnicas respiratorias apropiadas puede ser de gran ayuda para la relajación y para evitar el estrés. Esas técnicas se basan en la respiración profunda hecha de modo que se libera la tensión muscular innecesaria en nuestra espalda, estómago y costillas. Una frecuencia saludable y óptima de la respiración es seis/ocho por minuto, la que es bastante menor que la descrita como el ritmo respiratorio común en estado de descanso de 11 a 15 veces por minuto.

Si descendemos a ocho veces, la glándula pituitaria comienza a funcionar óptimamente. Esta glándula regula a todas las demás para que se pueda asegurar un balance adecuado de hormonas, una de las claves de la buena salud.

Cuando se respira menos de cuatro veces por minuto, la glándula pineal comienza a segregar al máximo, con una tendencia a que se abran los canales psíquicos.

EXHALAR más lentamente calma la mente.

INHALAR más lentamente la energiza.

EQUILIBRAR la entrada y salida de aire también EQUILIBRA los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro, el cual, mejor oxigenado y recibiendo más sangre durante la respiración rítmica, producirá pensamientos más intensos y más vibrantes.

2 comentarios:

  1. Sin duda es la mejor medicina contra el estres! No tiene contraindicaciones y es económica. :)
    Solo requiere voluntad!
    Besos chicas!
    Andre

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  2. Hola Andre, totalmente cierto, solo requiere voluntad y entrenamiento. Tenemos que recordar cómo respirábamos cuando éramos pequeños.
    Si hay suficiente oxígeno en una célula, ella no se enferma.
    En los Talleres de Respiración y Relajación, aprendemos distintas técnicas para corregir la forma incorrecta de respirar logrando un estado de relajación adecuado.
    Cariños
    Cristina y Susana

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